En 2009, los bancos asociados a Abansa atendieron una cantidad similar de personas. El valor de los refinamientos y reestructuraciones de deuda fueron por un valor de $170 millones.
"Somos solidarios con la población, con los empresarios, estamos listos para apoyarlos. El negocio nuestro es dar dinero prestado, no hacemos negocio si no prestamos, y vamos a prestar todo aquel crédito que pueda otorgarse", declaró Arias.
Arias agregó que, en el contexto de la crisis, la banca también ha refinanciado a empresas en cantidades fuertes. "A nadie le interesa que la empresa quiebre, y menos a un banco si es su cliente, entonces los bancos han hecho todos los arreglos de reestructuraciones financieras que son necesarios".
De acuerdo con los registros de la Superintendencia del Sistema Financiero (SSF), hasta septiembre pasado, todos los bancos del sistema financiero habían concedido 304,465,000 dólares en refinanciamientos.
De ese total, 107,928,000 de dólares corresponde a créditos de consumo y 196,537,000 de dólares a empréstitos dirigidos a sectores económicos como el agropecuario, la construcción, la industria y el comercio.
A juicio del presidente de Abansa, medidas como el refinanciamiento y la consolidación de deudas han contribuido, en parte, a mantener el índice de mora bancario en un 4.2%; la otra parte la atribuye al "hábito del salvadoreño de pagar sus deudas".
Este año, los bancos privados más grandes del país como el Banco Agrícola, Citibank, Scotiabank y HSBC han realizado ferias con el objetivo de atender las consultas de sus clientes respecto a las reestructuraciones y refinanciamientos.
En julio, Citibank realizó la denominada "Feria de Soluciones". La representante de Relaciones Públicas del banco en el país, Astrid Palomares, adelantó que el próximo 27 y 28 de noviembre realizaran una nueva feria.
Reflejo de la crisisPara el analista económico, Mauricio Choussy, las cifras están mostrando como la crisis ha llegado a permear en las empresas y los hogares salvadoreños.
"Debe haber una regulación más estricta en materia de revisar los refinanciamientos a fin de evitar que los bancos no vayan a estar refinanciando créditos que no van a poder ser recuperados", sugirió.
Esto porque, según Choussy, el único punto peligroso es que los refinanciamientos se realicen con la idea de "pasar adelante las necesidades de hacer reservas de saneamiento". Aclaró que si los refinanciamientos se hacen de una manera adecuada para facilitar que los deudores puedan atender sus deudas no hay problema.
"El problema es si los bancos ya detectaron que un crédito no va a poder ser pagado, que vaya a ser esto la práctica para pasar adelante la necesidad de hacer las reservas de saneamiento".
Dijo que en el caso de los créditos de personas, las reservas se hacen con base en el número de días de mora, y en el caso de empresas, depende de la clasificación de deuda que tenga la empresa.
Por su parte, el gerente de la agencia Equilibrium en el país, Carlos Pastor, señaló que los refinanciamientos resultan inevitables para el sistema bancario cuando las condiciones económicas no son las mejores y, por ende, la capacidad de pago de los deudores tampoco es la óptima.
"Es una necesidad que la banca tenga que prever estas situaciones en su cartera, anticiparse a mayores problemas y renegociar, en ciertos casos, con los deudores que potencialmente caigan en impago", manifestó.
Dijo que de no hacerlo, la condición financiera de muchos de esos deudores que necesitan refinanciar se vería más complicada, con lo cual ya no solamente estarían los créditos como refinanciados sino que probablemente se generen mayores problemas que afectarían el resultado del banco.
Afirmó que desde el punto de vista de riesgo financiero "el observar a un sistema bancario que esta refinanciando, o a un banco que crece de manera particular en refinanciamientos más que en créditos vigentes, implica que hay un elemento de riesgo interno".
Este especialista considera que si los refinanciamientos crecieran demasiado, ya asea en el sistema financiero o en algún banco particular significaría un riesgo crediticio relevante que la calificadora tendría que observar.
El presidente de Abansa reconoció que la banca pasa por un momento difícil por la crisis que inició en 2008, pero no oculta su satisfacción al afirmar que ésta no fue "una víctima fatal porque está bien manejada y actúa responsablemente". Señaló que en EE.UU. hubo 129 bancos quebrado por esta razón.
